Buenos días a todos amantes de los lunes.
El frío ya ha llegado (por fin) y esperamos que le siga el agua, que buena falta hace.
Por algún lado he visto ya puestas las luces. Sinceramente empiezo a dudar cuando termina el verano y cuando comienza la navidad.
La fecha de cambio de ropa en los armarios es ya tan aleatoria que las bufandas conviven desde hace unos años con el bikini y las bermudas. Los trasteros empiezan a caer en desuso.
Pero bueno, hay que intentar ser optimistas. La situación lo requiere y aunque no es la mejor a nivel político o empresarial, todo está empezando a enderezarse, la economía crece y hasta Europa nos dice que vamos por el buen camino. Traslademos esta positividad también a nuestro día a día, a nuestro entorno cercano, a nuestro trabajo.
Sabías además que el optimismo más que un rasgo de carácter es un sesgo del pensamiento. Esto quiere decir que el optimismo como tal puede ser desarrollado, potenciado y gestionado según algunos psicólogos.
Esto no quiere decir que todo el mundo lo necesite. Algunos vienen con el optimismo de serie y puede dar lecciones a muchos adultos.
El optimismo, un mejor clima laboral, equipos positivos mejoran el rendimiento hasta duplicarlo y no lo digo yo, lo dice la revista Fortune.
Todo son ventajas, felicidad en el trabajo, mejor desempeño, menor rotación y absentismo … si quieres saber algo más no dudes en leer nuestro último articulo.
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