Buenos días a todos.
Esta semana hemos tocado uno de lo temas más controvertidos de los últimos tiempos. Los limites del humor.
Y así es. Parece mentira que después de dos años infernales, con una crisis brutal, una pandemia de por medio, una Filomena y ahora una guerra, la población siga indignándose con los que desde lo mas dentro de nuestro ser nos sentimos humoristas o pretendemos que la gente viva simplemente con sentido del humor.
La bofetada de Will Smith a Chris Rock es solo eso, la punta del iceberg de una tendencia cada vez más peligrosa. Cercenar la libertad de los humoristas como cada día se cercenan los derechos de tantas otras gentes escudándose en la ofensa a algo o a alguien.
Como decía David Broncano en uno de sus monólogos que ya os enviamos hablando de los limites del humor EL HUMOR SIEMPRE VA A OFENDER A ALGUIEN, y precisamente por ese motivo es por lo que nos hace gracia, nos despierta una sonrisa y nos alegra la vida.
El humor nos pone en ocasiones antes situaciones ridículas o exageradas con las que empatizamos, o simplemente situaciones cotidianas que vivimos o imaginamos y que nos provocan la risa.
Este es un ejemplo perfecto. Una situación que puede ser dolorosa o dramática como la caída de un amigo en bici, o por la calle, nos provoca risa y que levante la mano quien no se ha reído al ver a un amigo caerse por la calle.
Incluso la reacción del que cae, si no se lesiona, suele ser reírse también y no poder levantarse de la propia risa.
¿Y dónde está realmente el límite?
Pues sinceramente creemos que no debe haberlo, el humor es eso, simplemente humor y si hay que ponerle algún condicionante, que no límite, lo estableceríamos en base a dos premisas fundamentales, la selección del momento perfecto y el respeto.
No hay nada peor que una broma en un momento que no sea el adecuado.
Puedes leer el articulo completo de esta semana en el siguiente enlace:
Bastantes problemas tenemos ya y bien grandes, como para preocuparnos por a quien ofende nuestro humor.
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