Buenos días a todos.
Nueve del nueve de dos mil diecinueve.
Nada puede salir mal. Aprovecha este magnífico día y ponte en modo productivo y divertido.
Llevamos casi un mes sin hablaros de las cosas de pensar fuerte y apretar el entrecejo y en agosto, aunque no habéis recibido el LCH, hemos seguido trabajando en la web.
Hemos publicado varios artículos interesantes, pero hoy me quiero centrar en uno de ellos, siempre de moda en el trabajo, el deporte, en incluso en altas instancias de la política.
¿Lo habéis adivinado? Hablamos de LA VANIDAD
La vanidad como pecado capital es la que nosotros entendemos como vanidad tóxica.
Acaso no te gusta tener en ocasiones cierto reconocimiento a un trabajo bien hecho, a una habilidad innata o aprendida que te hace destacar.
Todos tenemos un punto de vanidad y ese punto no es malo si no sobrepasamos ciertos límites.
La Vanidad Tóxica es la que nos separa del resto. Creer que esas habilidades nos hacen seres superiores.
No importa ya la habilidad, tu buen trabajo, importa solo haber superado al resto y eso al final te convierte en un sobrado, un prepotente, un idiota.
Puedes leer el artículo completo en el siguiente enlace: https://www.hudipro.com/articulos/lucha-interna-y-vanidad/
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