Buenos días a todos queridos amigos.
No deja de ser curioso como analizamos nuestra propia existencia.
Generalmente cuando alguien nos pregunta como estamos, las respuestas suelen ser bastante aburridas por no decir tremendamente pesimistas.
– ¿Qué tal?, ¿Cómo estás?
– Aquí, sobreviviendo, voy tirando…
y más respuestas de este tipo.
Es curioso lo difícil que se nos hace analizar realmente nuestra vida y darnos cuenta de la cantidad de veces que deberíamos dar las gracias por estar aquí, por seguir adelante a pesar de las complicaciones que nos plantea la vida, la sociedad y los políticos.
No es extraño que cuando hablas con este tipo de personas y arañas un poquito más dentro de cada uno, por lo general, se centran más en sus problemas a los que dan una importancia capital, que en todo lo que tienen o han conseguido.
Gente con familia, amigos, trabajo, salud, ya podría sentirse agradecida por lo que le da la vida, pero prefieren amargarse viendo en sus pequeños problemas su gran frustración.
La balanza en muchos casos está completamente desequilibrada, pero razonando, son pocos los que realmente presentan problemas incompatibles con tener una vida plena, o al menos una vida feliz. ¿Cuales son tus prioridades?
Tendemos a amargarnos a la mínima frustración, bloqueando por completo todos nuestros logros y nuestras alegrías de vivir a pesar de nuestros condicionantes externos. Me recuerda ese chiste absurdo que contábamos de niños.
– ¿Qué te pasa Pepito que estás tan triste?
– Ayer falleció mi padre.
– Pues vaya semana llevamos, yo ayer he perdido el boli.
Pues lo mismo. Aprovechamos cualquier mínima frustración o problema para compadecernos de nosotros mismos y ponernos en modo negativo.
Si todos trabajáramos en hacer justo lo contrario, nuestra vida y nuestra sociedad se convertiría en una sociedad positiva.
La actitud positiva es la que marca la diferencia, así que empieza a cambiar el chip. Hay que vivir la vida a tope.
Os dejamos unos cuantos consejos en el post de esta semana en Hudipro:
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