Buenos días a todos y feliz y divertido lunes.
De todos es sabido la que tiene fama de ser la profesión más antigua del mundo, pero como ese no es nuestro tema, le damos una vuelta de tuerca y lo vamos a poner en tela de juicio.
Estamos seguros que el hacer reír, el humor, los payasos, bufones y otros seres divertidos comenzaron su trabajo antes de dar el salto a la cama, que hasta para eso el humor es fundamental en todas las culturas, occidentales y orientales. La risa puede con todo.
Mitología griega, egipcia, romana. En todas las culturas había generalmente un Dios que evocaba la alegría y la diversión.
Te sorprendería saber que alguno de los chistes con los que te ríes en el siglo XXI, ya se contaban en Grecia y Roma.
- Disculpe, ¿Cómo quiere que le corte el pelo?
- En silencio.
(Philogelos. Siglo IV)
Es cierto que como en todo, el humor y aquello de lo que nos reímos ha evolucionado. Muchos temas de los que se reian nuestros ancestros, ahora serian tabú o como mínimo políticamente incorrectos.
- Un Abderita ve a un atleta crucificado y dice:
- Mira, ahora ya no corre, ¡Vuela!
Quizá la misteriosa risa de la Gioconda no resultaba tan misteriosa y simplemente lo que hacía mientras posaba era aguantarse la risa. Quizá Leonardo, además de un genio tenía un humor para partirse de risa.
Aprovecho para recomendaros el artículo sobre el tema publicado esta semana en Hudipro, donde además podréis leer enlazado uno de los artículos que más éxito ha tenido en mi blog sobre la risa en la antigüedad:
Y por supuesto, no podía faltar en este breve articulo mañanero una referencia a los Monty Python.
Así que como siempre riamos, pasémoslo bien, porque la diversión hace nuestras vidas más placenteras, más productivas desde hace siglos. Viviremos mejor.
Además de lo que hablais (copio el modo para que me entendais) recuerdo que cuando estuve estudiando en un instituto de juegos y juguetes, llamado Yugets, en Buenos Aires, Argentina, leíamos como libro de cabecera un ensayo llamado «Homo ludens» del año 1950, del historiador holandés Johan Huizinga, en el cual se analizaba como el juego estaba intimamente relacionado con la escencia del hombre en la antiguedad.
Una materia, que me resultaba insoportable, era la de «religiones comparadas»… Así que nos mirabamos entre los compañeros y nos preguntábamos PARA QUÉ?… pero con la investigación entendí que en esos tiempos remotos, donde no existía el control remoto, tanto los griegos con sus «juegos olímpicos», dedicados a los dioses del Olimpo, como los romanos con las carreras y batallas en sus coliseos, ofrecían esos juegos a sus deidades.
Pero más alla de la definición del Homo Luden, o el hombre que juega, prefiero la de Homo Ridens, o el hombre que rie, porque el hombre serio al final se rió.
En las escrituras hebreas se menciona a un profeta que le gustaba jugar a los acertijos. Era Sansón, quien en una oportunidad que estaba en la ciudad amurallada de los filisteos, un pueblo enemigo, como no tenía donde pasar la noche duerme en la casa de una profesional que alegraba a sus huéspedes.
Se lee que los hombres de la ciudad, creyendo que lo podían acorralar, cierran los enormes portones de la ciudad del lado de afuera para que no pueda escaparse y se van a dormir esperando descansar bien para atraparlo al día siguiente.
Lo que ellos no tuvieron en cuenta es que Sansón levantandose de madrugada y sin que hubieran «moros en la costa», arrancó el portón, se lo llevó al hombro unos cuántos kilometros y lo tiró por el camino… Que vayan a buscarlo si pueden levantarlo… Un groso y jodón.