Buenos días amigos.
Creo que por primera vez en nuestros ya más de tres años de vida, Nochebuena coincide en lunes, así que este mail va cargado de buenos deseos para vosotros, vuestras familias y amigos.
No olvidéis que para ser más felices siempre hay que huir de la gente triste y negativa. Nos intentan contagiar sus energías poco saludables, aunque a veces tengan su gracia.
Hace unos días escribí un Manifiesto para vivir con Plenitud, y os extraigo un pequeño fragmento que me encanta y que intento realizar cada minuto de mi vida:
“…Voy a dejar que el ENTUSIASMO sea mi energía, para que fluya y contagie a las personas con las que convivo diariamente o en alguna ocasión…”
El entusiasmo es un sentimiento intenso de exaltación. Una exaltación en nuestro ánimo producida por aquello que nos cautiva. El vigor o la vehemencia con la que hablan o escriben los que son o parecen inspirados.
La Etimología griega de la palabra ENTUSIASMO es fabulosa (EN, THEOU Y ASTHMA) y significa literalmente SOPLO INTERIOR DE DIOS. ¿No es maravilloso?
Al final, en la vida, ese soplo interior produce un cambio, y no solo en ti. Puedes llegar a producir un cambio positivo en los demás, en todos los que te rodean. Con entusiasmo, positividad y empatía.
Son pequeños cambios que pueden producir enormes beneficios. En tu manera de ser y en cómo te relacionas con los demás.
En un día tan especial como hoy, día de reuniones familiares os deseamos que vuestro entusiasmo y felicidad impregne toda vuestra casa y a vuestra familia, sobre todo a los más pequeños, a los que tanto les gustan estas fiestas y disfrutéis de este día en plenitud.
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