El verano llegó para los Fernández como un melón pasado: una idea fantástica que, al abrirla, apesta a pepino.

Primera misión: hacer las maletas.
La madre, con el optimismo propio de una novela de autoayuda, insistía en meter cuatro maletas llenas hasta los topes “por si acaso”.
El padre, solo murmuraba: «Nos vamos 10 días a la playa, ¿quien ha metido las botas de esquiar en el coche?».
Solo se oye la misma voz de forma repetitiva a cada pregunta “por si acaso”

Los lunes con Humor de Hudipro

Al llegar a la playa, solo reinaba el caos. La sombrilla, comprada en oferta, tenía vida propia, más que un gato con hambre. El padre luchó con ella como si fuera una serpiente encantada, mientras el pequeño Juanito emprendía su cruzada personal para cubrirse entero de crema solar. ¿El resultado? Una momia mal embalsamada era más atractiva.

Decididos firmemente a relajarse, los Fernández se dispusieron a disfrutar del agua cuando se dieron cuenta de que el mar estaba lleno de medusas con ansias de socializar.
La abuela, siempre dramática, aseguró haber visto una criatura marina que “muy parecida a un kraken”. Qué día tan fantástico …

El momento cumbre llegó cuando el padre, inundado por esa sensación de amor injustificado a la aventura que cualquier padre tiene, decidió alquilar un patín a pedales. Después de pedalear diez minutos bajo un sol infernal, se dieron cuenta de que la única diversión era darse un baño para aplacar el calor.
Nunca pudo volver a subir. Era evidente. Los niños, riendo a carcajadas, pedían a su madre ir más rápido, mientras ella intentaba no perder los nervios y la dignidad al mismo tiempo.
Aunque siempre hay cosas más peligrosas que unos simples pedales.

Al regresar al coche, con la piel quemada y los ánimos por los suelos, los Fernández juraron que el próximo verano se quedarían en casa, aunque en el fondo, sabían que el próximo año, armados con nuevas sombrillas y más protector solar, volverían a intentarlo, porque no hay aventura más absurda y memorable que un verano en familia.

Os deseamos a todos que tengáis unas felices vacaciones.
Tomároslo con mucha tranquilidad.

Que tengas un buen día, si no tienes otros planes.

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