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Los lunes con Humor de Hudipro

¡SE ACERCA EL MOMENTO DE HACER BALANCE!

Antes de atiborrarnos a turrones, asados y manjares varios … ¿Te has parado a pensar en lo que has conseguido este año? De lo que quedó pendiente o no pudiste conseguir.

Hablemos hoy de de esa emocionante tradición de reflexionar sobre el año que se va y los clásicos propósitos para el que llega.

Los lunes con Humor de Hudipro

Es como mirar una serie: recordamos los momentos emocionantes, los giros inesperados y esas temporadas que preferiríamos olvidar.

Reflexionar sobre nuestras hazañas personales es como ver los episodios de nuestra propia vida. ¿Esa vez que cocinamos algo que no se parecía en nada a la foto? ¡Un clásico! ¿Y aquel proyecto en el trabajo que nos hizo sudar más que una sauna? Memorable, sin duda.

Los lunes con Humor de Hudipro

Pero no todo es risas y recuerdos vergonzosos. Hacer balance también nos permite aplaudirnos por esos logros que merecen una ovación de pie. ¿Conseguiste aprender a tocar la guitarra? ¡Eso merece un concierto privado para la familia! ¿Lograste dominar esa habilidad nueva en el trabajo? ¡Un aplauso estruendoso desde tu escritorio!

Y claro, no olvidemos las relaciones personales. ¿Cómo olvidar esa vez que conseguiste convencer a tu amigo de que probara el sushi? ¡Eso es un logro monumental en la lista de amistades! Y en el trabajo, ¿lograste esquivar con elegancia la crisis de la máquina de café? Eso merece una mención especial en el informe de fin de año.

Ahora, llega la parte donde nos ponemos serios, pero no tanto. Los propósitos para el nuevo año. Sí, esos planes épicos que escribimos mientras estamos en un estado de optimismo inducido por las campanadas. Vamos a ser realistas: este año, ¡sí, sí!, vamos a ir al gimnasio… al menos una vez más que el año pasado. Y en el trabajo, ¡vamos a conquistar el mundo! O al menos, intentarlo antes del almuerzo de los viernes.

Recordad siempre que los propósitos deben ser como esos juegos de video: alcanzables pero desafiantes. Divídanlos en misiones más pequeñas y logrables, como pasar de nivel en Candy Crush, pero sin gastar dinero real. ¡Eso sí que es una habilidad!

En conclusión, hacer balance al final del año y establecer propósitos para el nuevo nos ayuda a reírnos de nuestros errores, celebrar nuestros logros y planificar cómo seremos mejores jugadores en el gran juego de la vida.

Así que, ¡a por el próximo año con la mejor de las actitudes!

Que tengas un buen día, si no tienes otros planes.

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