Buenos y divertidos días.
Ya está aquí el calorcillo intermitente y pasamos de la cuello vuelto a la chancla en un abrir y cerrar de ojos, y de una semana para otra, y de la mañana a la noche.
La ropa de entretiempo como la llamaban antes, ha pasado a mejor vida, al menos como la conocíamos.
El tema de hoy versa sobre lo que somos. El papel que desempeñamos en la vida y como en muchas ocasiones, lo que intentamos transmitir no concuerda exactamente con nosotros ni nuestra manera de ser. Transmitimos aquello que queremos ser, pero no lo que somos realmente.
Esto es muy patente sobre todo en las redes sociales, donde además exponemos en muchas ocasiones detalles y datos peligrosos de nuestra vida sin darnos cuenta. Un ejemplo muy ilustrativo para que lo tengáis en cuenta.
Si nos centramos en lo que somos en el trabajo, ese desde el que quizá nos estas leyendo ahora, y el rol que allí desempeñamos, es evidente que allí todo es más directo, es más cercano, pero no te confundas.
En los trabajos hay auténticos infiltrados que representan un rol que no les pertenece. Impostan unas actitudes de acuerdo a lo que quieren ser, no a lo que son. Son un gran engaño social.
Y de eso trata nuestro articulo de esta semana, de esos roles impuestos que nos hacen decidir entre ser buena persona o un buen profesional, como si ambas cosas estuvieran reñidas.
Trata sobre el SER, el HACER Y el TENER.
La autenticidad es uno de los valores más admirados por los demás. Ser auténtico con nuestras virtudes y también con nuestros errores y defectos.
Yeyito es un buen ejemplo de tío auténtico donde los haya.
Pero bueno, ahora en serio, os dejo el articulo de esta semana que seguro que os parece muy interesante. Y no olvidéis suscribiros.
Tomarnos demasiado en serio nuestro papel/rol
Y tú, ¿tienes alguno de estos roles en tu trabajo?
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