Algunas generaciones son nativos tecnológicos y han convivido con los smartphones, tablets y los portátiles de manera natural.

La tecnología más avanzada en años anteriores era muy diferente a la actual. Existía el vídeo con varios formatos, que competían entre ellos, como el 2000, Beta y VHS, siendo este último el ganador, y generador de la cultura del Video Club, que hoy ha desaparecido por la cultura del “me lo descargo”. Antes se iba a los vídeoclubs con cierta inquietud para ver que estrenos tenían y que no había desaparecido la “caja” que contenía esa maravillosa película con la que íbamos a disfrutar esa noche. Ahora esos locales han cambiado la denominación de Vídeo y se han quedado solo con el apellido, para poder continuar el negocio de otra forma. 

Los ordenadores que lo petaban en los 80 eran el Amstrad y el Spectrum. El Spectrum era la puerta de entrada de juegos en tu televisión que se cargaban con un ruido infernal, donde Satán no aguantaría ni 2 minutos escuchándolo, en un ¡¡¡¡¡radiocassette¡¡¡

Y es aquí donde viene el aparato estrella de los 80 y parte de los 90: El aparato reproductor de Casettes que se podían rebobinar con un bolígrafo, preferiblemente BIC. El radiocasete podía estar encastrado en el coche, y las cintas de casette estaban totalmente esparcidas por todo el coche sin ningún orden ni control. O bien podían aparecer en formato rectangular y podías tener en alguna mesa o repositorio o bien llevarlo al hombro, síntoma de gran modernidad y admiración en aquella época.

El Radiocassette fue fulminado por el CD y su muerte anunciada solo nos deja a unos poco melancólicos que resistimos tirar nuestro viejo aparato reproductor.

¿Qué no habéis visto nunca un Radiocassette?. Para eso está este video: