Quitar o restar importancia a ciertas cosas en la vida

El aconsejar a otro ser humano que debe quitar o restar importancia a un problema que no vivimos en primera persona, por lo que estamos exentos de ese sufrimiento y obviamos la importancia que esa persona le da, me parece por lo menos osado. La importancia de algo es subjetiva y no se adapta a las normas de sumar o restar.

Por ejemplo, he vivido de cerca a personas que viven un divorcio como un auténtico drama y a otras como una liberación o algo insustancial para ellas.

Por eso no trato de decir a nadie: “Quítale importancia y ya verás qué bien”. Esto me parece demasiado atrevido. Lo que invito es a reflexionar sobre cómo restar importancia, bien poco a poco, o bien con técnicas para hacerlo, como es reírse de uno mismo y de sus imperfecciones y fracasos.

Las piedras que nos encontramos en el camino, a veces, con el tiempo, se transforman en ventanas, desde donde cogemos “aire fresco” para afrontar la vida de otra manera.

Una de las personas con las que me suelo relacionar reaccionó ante una frase que suelo decir “A esta vida he venido a disfrutar y a pasármelo bien”. A lo que respondió “que suerte tienes, los demás hemos venido a trabajar”. Lo que da a entender que trabajar y pasarlo bien es incompatible. Su sentido del sufrimiento es que el trabajo “sufriente” está por encima de cualquier cosa o forma que haga que disfrutemos con lo que hacemos. ¿Cuántas personas conoces que piensan así?

Voy a contar una confidencia muy íntima. Aún sigo sufriendo por “no caer bien a todo el mundo”. Y no lo puedo evitar, lo intento, pero no puedo. Cada vez que descubro que no le caigo bien a alguien sufro y peleo para caerle bien. Esa lucha, interna conmigo mismo y externa con los demás, me ha posibilitado rescatar a algunas personas para transformar nuestra relación en amistad. Son aquellas que me confesaron que al principio no les caía bien. Entonces me digo: “mereció la pena pelearlo”.

No se trata de “Quitar” importancia a las cosas que nos hacen sufrir. Sin embargo, si podemos “restarle” algo de peso a ese sufrimiento, estaremos en camino de una vida más plena.