Vengo observando desde hace tiempo como el Humor, que siempre ha servido para reírse y caricaturizar la realidad, está siendo atacado por considerarse destructivo, como si fuera un arma que utilizan las personas para dañar a los demás.
Es indudable que el Humor utilizado para atacar o fastidiar a otros debería no ser utilizado con frecuencia, ya que puede abrir heridas y gestionar conflictos.
En su conferencia Ilusiones Renovadas, nuestro colaborador Manuel Feijoo cuenta como los Payasos de la Tele (Gabi, Fofo y Miliki, que era su abuelo) utilizaban una técnica para que el humor no hiriera a su público, los niños. Esta consistía en que dos de ellos hacían los sketches de humor y el tercero era el crítico que decía si ese humor era blanco o aceptable para que lo escucharan los niños. Más de 30 años de éxitos, sin una sola crítica mala, o por lo menos poco conocidas, avalan el sistema.
Pero lo que está pasando es que la sensibilidad de personas o grupos sociales ha llegado al punto donde la persona que practica el Humor es atacada acusándola de Intolerante, Despectivo¸ Agresor y otras lindezas o cosas más fuertes, pasando a acusaciones que hacen pensar en Delitos de Odio.
Todos sabemos que Humor sobrepasa los límites y cuales lo rozan. Lo que no podemos es demonizar a las personas que practican Humor porque siempre va a haber alguien ofendido.
Algunos estudiosos del humor dicen que todos los chistes se meten con alguien o alguna situación. Haz la prueba. Recuerda un chiste, cualquiera. ¿Alguien puede sentirse molesto? ¿Alguien se puede sentir herido?. Si esto es así, si el Ser Humano no sabe reírse de sus defectos, de su forma de pensar, de sus prejuicios, entonces hemos perdido la batalla con los que dicen que “la vida es muy seria”.
¿Estamos perdiendo la capacidad de reírnos de nosotros mismos?
Como dice una buena amiga “estamos todo el día cogiéndonosla con papel de fumar”, y lo asegura diciendo que esta gracieta puede ser tildada de machista, aunque sea una mujer. Ella, que es de Cádiz, y ha asistido con cierto horror y preocupación que algunas chirigotas sean criticadas duramente por su humor, está pensando que a veces “no merece la pena hacer la gracia”, ya que alguien se puede sentir ofendido.
Viendo una entrevista con un Cómico, asume, con cierta resignación, que tarde o temprano va a ser atacado por su humor. Por eso decide no ver críticas ni redes sociales. Se trata de un “veto” al humor que se practica con la bandera de la “stop intolerancia”. Y yo me pregunto ¿Somos todos en algún momento del día intolerantes?.
El humor se ha utilizado para criticar al poder, a las normas injustas, al establishment, a los poderosos, y a poder sacar un rato para sobrepasar las incongruencias y sinsentidos de la vida. ¿Acaso debemos perder esto que forma parte de nuestra esencia?
Cercenar el Humor en España es como implantar la dictadura de la seriedad a un pueblo acostumbrado a reírse de sus desdichas y desgracias. Cercenar la libertad que da el humor solo es posible si lo permitimos entre todos.
Históricamente nos hemos reído de todo y de todos, y no hay grupo social o colectivo que no haya pasado por el filo del Humor. ¿Nos enfadamos todos con todos?. Me temo que este enfrentamiento tan español está metido en nuestra sangre y no podemos evitarlo.
Poder aceptar que podemos reírnos o que se pueden reír de nosotros forma parte de la cultura española y de su idiosincrasia.
Por ello desde aquí os animamos a que os riáis cuando algo os puede sentir mal, que aceptéis que eso no tiene por qué afectar a vuestra esencia como persona. Por favor tengamos más sentido del humor para poder gestionar nuestras relaciones personales y poder vivir en sociedad, riéndonos unos de los otros, sin que lo consideremos una agresión.
[…] HUDIPRO ya advertimos de esta tendencia en un artículo publicado en 2017 (somos unos adelantados, Chris lo tenías que haber leído) titulado: ¿Estamos perdiendo la […]
[…] De eso hablábamos precisamente en uno de nuestros últimos artículos en Hudipro y que os recomiendo leer. ¿Estamos perdiendo la capacidad de reírnos de nosotros mismos? […]