¡¡¡Eres un cachondo/a!!! Que no es lo mismo que “estar cachondo/a”. Por eso en castellano es importante el Ser y el Estar, y no la confusión que los británicos y yankees hacen con el verbo To Be.

Después de tener la Bandera del Humor en el trabajo desde 2013, nos vemos en la obligación de aclarar las diferencias notables de Humor y Cachondeo en entornos profesionales.

Vamos a partir de una premisa, que no sabemos si todo el mundo tiene claro: Al trabajo se va a trabajar. Al igual que a la cama se va a dormir (bueno esto no siempre tiene que ser así, que ya sabemos la mente calenturienta que ronda por algunas personas) o al Templo se va a orar (tampoco es del todo exacto).

Sí que debemos tener en cuenta que un trabajo donde se tiene una transacción económica a cambio de unas tareas tiene la obligación de cubrir unos objetivos relacionados con esas funciones laborales.

La clave está en el mejor desempeño posible para realizar esas tareas con resultados de excelencia. Y es aquí donde la Alegría en entornos profesionales entra en juego.

Y el primer concepto que hemos metido en la ecuación es Alegría.

En otras ocasiones ya hemos hablado de la confusión que existe entre Seriedad y Profesionalidad. Cuando decimos que somos Serios en el trabajo, estamos equivocando el concepto y confundiéndolo con Profesionalidad. En el trabajo somos cumplidores, dedicados, centrados en los objetivos, aportamos valor… todo esto no tiene nada que ver son la Seriedad, que implica distancia, aburrimiento y problemas.

Las diferencias entre el Humor y el Cachondeo en el trabajo

Trabajar con Alegría tiene las connotaciones de Disfrutar con lo que hacemos y hacer disfrutar a los que nos rodean (colaboradores, compañeros/as de trabajo, clientes, proveedores…) Eso se contagia y hace que podamos tener un Desempeño eficaz gracias a Entornos alegres de trabajo.

Y es en este contexto donde entra el Humor en el trabajo.

El Humor es una herramienta constructiva y saludable para crear un ambiente positivo y agradable. El humor en el trabajo se utiliza de forma intencionada para fomentar la motivación, aliviar el estrés y fortalecer las relaciones laborales, siempre con respeto y dentro de los límites profesionales.

Sin embargo, el Cachondeo es un tipo de actitud o comportamiento informal y desenfadado que puede cruzar la línea hacia la falta de profesionalidad. El cachondeo suele centrarse en la burla, la exageración o en tomar las cosas a la ligera sin considerar el contexto laboral. Puede percibirse como falta de seriedad y, en ocasiones, puede derivar en la pérdida de foco en el trabajo.

Es decir, el Cachondeo puede romper la premisa máxima inicial: Al trabajo se viene a trabajar.

Para que veamos claras las diferencias y su impacto en el entorno profesional tengamos claro lo siguiente:

Cachondeo:

● Puede afectar negativamente la productividad, ya que desvía la atención de las tareas importantes.

● Puede ser malinterpretado como falta de respeto o desinterés por las responsabilidades.

● Puede crear conflictos si alguien se siente excluido o ridiculizado.

● A largo plazo, puede deteriorar la cultura de trabajo, generando una percepción de poca profesionalidad.

Humor:

● Mejora el ambiente laboral al reducir el estrés y generar bienestar emocional.

● Fortalece las relaciones y fomenta la cohesión de los equipos.

● Puede motivar a los empleados y hacer que las tareas se sientan menos pesadas.

● Bien gestionado, ayuda a mantener un equilibrio entre profesionalidad y un entorno ameno.

El humor en el trabajo es una herramienta positiva cuando se usa con moderación y sensibilidad, mientras que el cachondeo puede ser perjudicial si no se controla. La clave está en mantener un equilibrio entre un ambiente profesional y un espacio donde el buen humor contribuya a la motivación y el bienestar.