“Cualquier tiempo pasado fue… pasado”
Si esperabas que dijera que fue mejor. Pues no. No lo vamos a decir. Porque aunque los que juntamos estas letras vivimos en una infancia sin móviles, sin Internet, sin IA y sin Instagram (sí amigos, éramos de álbumes de fotos) esa nostalgia por un tiempo que ya fue no nos inunda… del todo.
Sobre todo, me da rabia cuando tengo que registrarme en cualquier sitio y al poner mi edad en el apartado “año” tengo que tirar marcha atrás un montón hasta llegar a mi año 1970.
¡¡¡Me indigna que alguien haya nacido en 2006 y pueda ya votar y ver porno (bueno eso creo que se puede hacer sin filtro de año)!!!
Y no dejo de asombrarme con las nuevas generaciones que la mayoría son bilingües. Vamos que vienen a las entrevistas de trabajo diciendo nivel de ingles “medio alto” ¡¡¡y es verdad!!! Nuestro nivel de ingles medio corresponde a “ni p… idea, solo sé gubay, jelou y drink”
Y claro, así ha pasado. Que ahora hablamos más de la mitad del tiempo en inglés.
Para los amantes de esto, que sepáis que un hater es un “gilipollas analógico” de toda la vida. Sin miramientos. Lo que pasa que ahora toca las narices y lo ve todo el mundo.
Y cuando empezamos a viajar en Avión en nuestra juventud eso era un lujo al alcance de muy pocos. Ahora ves billetes de avión a unos precios que dices: ¿tendrán asientos? ¿Y alas?
Y luego está el acceso a todo tipo de información comparado con la gran escasez de datos que teníamos y además basados en “historias que dábamos veracidad” como el de la Niña de la Curva (querido milenial si no sabes lo que es ¡¡¡búscalo por Internet!!!).
Recuerda algunos que nos empeñábamos en que algunas personas aun vivían, como Elvis Presley, o que algunas habían muerto y les habían sustituido un doble, como el caso de Paul McCartney de los Beatles. Ahora lo llamáis “bulos” o “fake”. Antes nos lo tragábamos todo sin embudo. Éramos crédulos. Y vivíamos felices siéndolo.
Y por supuesto las infinitas posibilidades que se tienen ahora de ocio. Casi para ver una serie o película se monta un debate familiar que puede terminar como la cena de Nochebuena hablando de política. Hay tanta variedad que al final vemos de todo, lo bueno y lo buenos menos bueno. Y la ansiedad de ver una serie en el mismo día dentro de las 24 horas que tiene el día antes no nos pasaba. Veíamos nuestra serie el día que tocaba a la hora que tocaba, y a esperar mínimo una semana hasta el siguiente capitulo.
Si quieres ver como hemos cambiado te recomiendo un artículo que sacamos hace tiempo con los cambios de nuestra generación Baby Boomer con la actualidad:
A mi el inglés me da un dolor de ingle, que ni te cuento. Me pasa como al personaje interpretado por Luis Brandoni en la película «Cien veces no debo», que andaba protestando cuando Federico Luppi y Norma Aleandro hablaban entre sí fluidamente en inglés… Él decía… ¡anchú!…¡anchú! muy enojadp…¡¡¡JAJA!!!